Publicado el 23 de septiembre del 2022 - Actualizado el 23 de septiembre del 2022

Un desafortunado hecho motiva esta nota sobre la vida universitaria en nuestra Facultad. El pasado 16 de septiembre un joven que se encontraba en los techos de la sede de la Macarena A, en medio de un ambiente propiciado por comerciantes de alcohol y SPA, cayó de una terraza quedando en grave estado de salud. A pesar de que contó con atención inmediata del personal de Bienestar Institucional y se activaron los protocolos de emergencia, al día siguiente falleció.

Las causas de lo ocurrido son materia de investigación de los organismos competentes. Lo que si sabemos son las circunstancias de este doloroso hecho: fue un viernes en la noche en que se ha vuelto habitual el expendio de SPA y licor adulterado, con equipos de sonido a elevados decibeles, interfiriendo con clases programadas, ocupando espacios de circulación de la comunidad universitaria, violentando las normas de convivencia que proscriben la mercantilización del ambiente académico, amparados en el miedo que infunden con su accionar desafiante.

Esas prácticas de consumo en las que están siendo atrapados alumnos de nuestra Universidad Distrital Francisco José de Caldas y de otras instituciones, han sido objeto de reflexión, debate y toma de medidas por parte de la Decanatura, el Consejo de Facultad y Bienestar Institucional. En diálogo con las representaciones estudiantiles, con vendedores de dulces y paquetes, con colectivas de estudiantes, con profesorado y funcionarios de la Facultad, hemos coincidido en precisar que el problema que abocamos es que nuestra emblemática sede está siendo privatizada por comerciantes de licor y SPA para la realización de sus mercancías, con estrategias de manipulación de las necesidades de socialización y recreación de la juventud, especialmente de primíparos, para engancharlos como clientes permanentes de sus productos.

Dicha pretensión privatizadora de transformar el hábitat universitario en un lugar de mercantilización de sustancias nocivas al ejercicio de la naturaleza de la Educación para lo Superior, esto es, que va contra el uso de la razón y el crecimiento intelectual, es objeto de medidas de contención en el horizonte de liberarnos de la dominación que sobre el espacio y el colectivo universitario pretenden ejercer aquellos mercaderes.

Como resultado de los diálogos sobre esta problemática estamos actuando en el plano del medio universitario, en el ámbito de la aplicación de las normas de coexistencia académica, en orientaciones hacia el uso de los espacios comunes de la sede, y hacia condiciones adecuadas para apoyar los ingresos económicos del alumnado.

En los espacios y en los tiempos que pretenden copar dichos mercaderes, damos apoyo e impulso a las iniciativas culturales de organizaciones estudiantiles, a la apertura de las actividades de colectivos académicos, a jornadas de sensibilización y reflexión sobre el consumo, a la convergencia de acciones de lucha por la paz, al aumento de convocatorias deportivas y recreativas, así como a más jornadas culturales agenciadas por Bienestar Institucional. Así, sostenemos iniciativas que reafirman que la vida universitaria es la antípoda de todo aquello que causa daño a la inteligencia humana.

Avanzamos hacia la regulación de la economía en las sedes de la Universidad, de modo que se preserven condiciones dignas para el quehacer académico, así como en la organización de los emprendedores de ventas de comestibles, accesorios, pines, entre otros, al tiempo que ante el consumo de alcohol se aplica medidas disciplinarias correspondientes, y sanciones drásticas a victimarios de violencia contra la mujer.

Nada de esto es suficiente. Necesitamos afinar con más rigor administrativo en el cumplimiento de las obligaciones de la empresa de vigilancia, en sostener un mejoramiento continuo de la infraestructura de nuestras sedes y en la línea de garantizar el derecho a la educación científica y humanística, para continuar elevando el nivel académico de la Universidad.

Avanzaremos en superar la estrategia impositiva de los mercaderes contra-universitarios, disponiéndonos a contribuir al torrente humano orientado hacia el cambio social. Siendo cada vez más universidad, aportaremos a que muchos más jóvenes estén formándose profesionalmente con nosotros, fortaleciendo la investigación científica para el giro económico y movilizándonos por abrir, por fin, una era de paz fundamentada en la justicia social.

También este es un llamado a todos…estudiantes, docentes, funcionarios, contratistas todos los que pertenecemos a esta casa de estudios, un llamado al cuidado de si, de las personas con las que compartimos, un llamado a darle el gran valor y respeto que tiene la vida, porque, aunque somos diversos nos encontramos en estas instalaciones con un mismo fin: adquirir conocimiento, reflexión y tener una sana convivencia caminando por derecho a la educación.

Ómer Calderón

Decano Facultad de Ciencias y Educación

Bogotá, La Macarena 23 de septiembre de 2022 a 49 años del fallecimiento de Pablo Neruda 

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Fuente de información: Facultad de Ciencias y Educación
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Universidad Distrital Francisco José de Caldas